Vicente era una joven promesa del fútbol nacional cuando fichó por el Valencia. Los primeros años demostró que tenía calidad y que podía mejorar todavía más. Parecía que no tenía techo. Sin embargo, llegó un momento en que todo eso se trunco. Hay muchos que lo achacan a una lesión que marcó el resto de su carrera. Quizás fuera eso pero sinceramente pienso que influyeron más cosas.
Creo que es por todo sabidos que precisamente a raíz de esa lesión y de su interminable recuperación, nunca volvió a ser el mismo, empezó a llevar una vida que quizás no ayudaba a volver al estado de forma y de juego anterior.
Empezó a llenar más tardes la grada que el banquillo o el campo y pronto paso al status de "funcionario". Era un jugador que nunca jugaba, que no aportaba al equipo, simplemente cobraba. Pasó de ser la eterna promesa a la eterna recuperación. La espera de volver a ver al Vicente de otros tiempos acabó con la paciencia de una grada que lo adoraba y defendía a ultranza, muchas veces más por ser valenciano que por lo que en el campo demostraba.
Por lo que la lesión, la vida que comenzó a llevar y las amistades que se buscó dentro del equipo no ayudaron mucho. Todo ello unido al gran ego que muchos jugadores tienen y la adopción del cartel de intocable hicieron que pensara que todo estaba permitido para él.
Se equivocó. Esto es un club y el respeto hacia él es lo último que debe perderse. Este jugador al principio se lo tenía luego lo perdió. No hay que hacer leña del árbol caído sino preguntarse qué errores cometimos todos para que ese chaval humilde, alegre, con calidad y ganas de triunfar se convirtiera en lo que hoy es. Quizás la culpa no fue sólo de él, todos ayudamos a ello.
Genial, estoy muy de acuerdo en la visión. Me quedo con esta frase "Quizás la culpa no fue sólo de él, todos ayudamos a ello". Invita a una reflexión...
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